|
This Research Bulletin was first published in Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Vol. XII, nº 743, 20 de agosto de 2007, and subsequently in café de las ciudades, 6 (60), (2007) Please refer to the published version when quoting the paper.
IntroducciónEl concepto de inflexión urbana se desarrolla con la intención de discutir las razones del éxito económico, social, cultural, técnico (entre otros) vivido por algunas ciudades, y las razones que hacen que eso sea durable o no. Tales cambios en la experiencia de las ciudades, para bien o para mal, son considerados por los autores como inflexiones urbanas. Este artículo discute un tipo específico de inflexión urbana, aquella que reposiciona y mantiene a las ciudades en una posición privilegiada en la jerarquía global construida sobre los intereses del capital. Más que discutir la composición del grupo selecto de ciudades globales, nos interesa reconocer la situación que hace que algunas ciudades tengan una posición de prominencia en la jerarquía global. Como deseamos demostrar en este artículo, la posición de prominencia, o de comando funcional de algunas ciudades, no es un fenómeno con variaciones; al contrario, es un grupo estable que hace frente a un mundo en transición constante, un grupo estructurado en redes sutiles de competitividades y colaboraciones globales. Es importante destacar que los parámetros de globalización utilizados son los mismos que usan diversos autores, es decir, el valor de la economía, el flujo de capitales, la tecnología, las comunicaciones, el poder político. Otras estructuras posibles de jerarquías en ciudades del mundo, como las que valoran la cultura, las ideas, el arte, la sostenibilidad ambiental, entre otros, debe ser reconocida, pero no es la intención de este artículo discutirlas, sino entender las muestras de oportunidad que han permitido la prominencia en la red de ciudades globales. El pequeño grupo de las ciudades globalesLas inflexiones urbanas discutidas en este artículo ocurren en una escena socioeconómica estructurada sobre los flujos de información, principalmente financiera, que mueve la economía internacional. Estos flujos dependen de los puntos nodales que los agrupan, los potencian y los distribuyen. No importa si el producto es petróleo, commodity agrícola o herramientas de multimedia, el ciclo productivo de todos ellos pasa directa o indirectamente por negociaciones en escala global. A pesar de que el producto no abandone la región donde fue producido, la tecnología usada, por ejemplo en la producción de insumos (como semillas), y su precio tendrán y sufrirán la influencia de un mercado global. Con esto, las ciudades que concentran algunos de los principales agentes que potencian estos flujos pueden ser consideradas globales, puntos nodales de importancia significativa. Para empezar nuestro argumento es importante proceder a una distinción básica entre las ciudades en la globalización, las ciudades globalizadas y las ciudades globales. Las ciudades en la globalización incluyen, virtualmente, a todas las ciudades, no importando su dimensión, la importancia o fragilidad de su base económica. Son cada vez más raros los casos de economías de subsistencia absoluta, excepciones que persisten menos en la realidad y más en el apego a un pasado que no existe más. El ejemplo clásico que caracteriza esta situación son los grupos étnicos sin contacto diario con el mundo externo, pero sometidos al mismo efecto de fenómenos como el calentamiento global. Las ciudades globalizadas son esas donde se encuentran signos de globalización, sea económica (el cambio de producción del sector secundario interno para otro, con enlace en los mercados externos), arquitectónica (en la construcción de edificios con un lenguaje que sigue las tendencias y los modismos internacionales y no las tradiciones locales), o cultural (por ejemplo con la adopción de estándares desconocidos de la tradición del lugar). Las influencias son actuales y existe, además, la sensación de ser globales, sin embargo esto es una ilusión: los procesos de decisión están distantes; la dinámica aparente no es creativa sino solo de sumisión. En un nivel un poco superior a esta jerarquía, pero aún dentro de las ciudades globalizadas, están aquellas con capacidad de atraer algunos agentes importantes de la economía mundial. Estos agentes serían, por ejemplo, sucursales de compañías internacionales capaces de hacer parte en la red de ciudades, pero que solamente respetan las decisiones tomadas en sus sedes. Esto no hace que estas ciudades sean globales de la manera como las entendemos aquí. Si por ejemplo fueran sometidas a catástrofes que las llevan a una destrucción total, eso no tendría riesgos para la forma como la red económica global se estructura. Tal hecho provocará solamente la necesidad de ajustes, mayormente a nivel nacional. Un caso reciente es New Orleans, subsidiaria de una gran cantidad de compañías internacionales, destruida por un fenómeno natural en el 2005. La historia para sus habitantes es trágica, pero eso no dio señales de modificar la estructura internacional del capital. Simbólicamente, el ataque a las torres gemelas, en Nueva York, ciudad global por excelencia, parece haber traído a discusión la robustez del capital internacional puesto a disposición para su recuperación, después del período de dudas que siguieron a la destrucción de los edificios. Las pocas ciudades verdaderamente capaces de traer riesgos para la red internacional del capital, en caso de haber problemas de destrucción intra-urbana, son las que aquí llamamos Ciudades Globales. En la distinción de estos tres conceptos, la figura de la red es importante por la adaptabilidad de su funcionamiento y, sobretodo, por el hecho de ser construida de relaciones, y no de características aisladas a cada una de las ciudades. Así, vale más una posición en la red que las características locales. Tal red es constituida por flujos de gente, finanzas y signos que deben circular en escala global. Los nodos son los puntos donde existe concentración de los recursos que potencian estos flujos. Si uno de estos nodos deja de existir, la red es capaz de encontrar, con más o menos esfuerzo, otro que satisfaga su función. Un mayor o menor esfuerzo para que un nodo sea sustituible determina si la ciudad es considerada una ciudad globalizada o una ciudad global. Las ciudades globales son también las que concentran recursos importantes de los flujos responsables por el funcionamiento económico contemporáneo. Son así capaces de controlar la suerte de un grupo secundario de ciudades, que por su parte controlan otras. John Friedman y Saskia Sassen son los autores que han consolidado la perspectiva de que el análisis de la socioeconomía urbana contemporánea depende de las redes financieras globales, que se condensan en un grupo pequeño de ciudades. Friedman (1986), el pionero, lanzó la hipótesis de que algunas ciudades servían como espejos de las relaciones contradictorias que emergieron entre la producción económica con intereses y planeamientos en escala global, y la determinación de la política de intereses nacionales. Para este autor algunas ciudades ocuparían una posición en la articulación de la economía global más fuerte que sus relaciones con las respectivas economías nacionales. Sassen (1991) va más allá del planteo de Friedman, al decir que más que la importancia en el comercio y el flujo financiero internacional, las ciudades globales tendrían como característica el hecho de concentrar posiciones de comando de organizaciones globales, infraestructura de telecomunicaciones, empresas especializadas en servicios de soporte a las grandes firmas globales (como agencias de publicidad, abogados, etc.), importantes centros financieros, actores influyentes en la política de los gobiernos, industrias innovadoras en procesos pos-fordistas y mercado para todos esos bienes y servicios. Saber cuáles son las ciudades globales y cómo medir si una ciudad es o no global era el desafío metodológico que siguió a los conceptos anunciados por estos autores. Este artículo no discutirá esas metodologías, ya que nuestro interés es discutir su clasificación, permanencias y muestras de oportunidad dentro de las jerarquías de este fenómeno. Desde el lanzamiento de la hipótesis de Friedman hasta cualquier otro trabajo reciente sobre las ciudades globales, el grupo así clasificado es recurrente: Londres, Nueva York y Tokio, con las extensiones de París y Francfort. En la primera proposición de Friedman, Londres, Nueva York, Los Ángeles y Tokio eran las 4 ciudades globales de los países centrales, seguidas por París y Chicago, y, en una escala más baja pero aún en el grupo principal, Rótterdam, Francfort y Zurich. Diez años más tarde (1995), el mismo autor refinó los parámetros del análisis, pero conservó Londres, Nueva York y Tokio como los principales nodos globales. Las mismas ciudades habían sido utilizadas para Sassen, en 1991, para defender su tesis de las ciudades globales -ciudades que la autora mantuvo en análisis realizados diez años más tarde (Sassen, 2002). El primer punto de interés es que no importan los parámetros de análisis -si la presencia de las jefaturas de los bancos mundiales más grandes, el flujo de los aeropuertos, la presencia de las grandes compañías de consultoría, etc.-, estas tres ciudades están siempre entre las principales. El segundo punto a destacar en este grupo es que, independientemente de crisis nacionales, como la japonesa, extendida desde el lanzamiento del concepto de ciudad global, estas ciudades permanecen como los principales puntos nodales de las redes económicas globales. A pesar de todos los riesgos de opción por algunos parámetros en detrimento de otros, así como las jerarquías de qué ciudades serían más globales que otras, el resultado de estos estudios es la confirmación de que la globalización no es homogénea; al contrario, se estructura en un sistema de flujos y de relaciones, de dependencias y de lugares centrales. Como observó Roberto Fossaert (2001), por más discutible que sean los parámetros y jerarquías, estos tienen la ventaja de retirar del sistema global su aspecto monstruoso, una vez que se establece de manera clara la red de ciudades globales. Los parámetros usados por los principales analistas de las ciudades globales son: la presencia de los principales bancos internacionales, las compañías de servicios financieros, las compañías de publicidad, y las jefaturas de corporaciones internacionales. Estos cuatro parámetros parecen buscar en realidad un dato mucho más difícil de obtener, que es el volumen financiero del mercado global que circula entre las ciudades. Pero, por otra parte, nos parecen más ricos de lo que reflejarían los datos comunes del flujo financiero, ya que ellos tratan de una dinámica socioeconómica urbana más amplia, implicando diversas áreas del funcionamiento del mercado global. Figura 1: Jerarquía Global basada en la presencia de los 100 principales bancos internacionales, las compañías de servicios financieros, las compañías de publicidad, y las jefaturas de corporaciones internacionales. GaWC, 2005. De cualquier manera, la importancia de las ciudades para la economía global dio oportunidad a discusiones conceptuales, a la determinación de parámetros y a formalizaciones de jerarquías de ciudades globales. En los trabajos de 1986 y 1995, Friedman propone jerarquías que dividen a las ciudades globales según las condicionantes de los respectivos estados nacionales (serían los países semi-periféricos o centrales, en su primer trabajo), o por articulaciones globales o nacionales (como en el trabajo posterior). Tal contradicción entre hablar de ciudades globales aprisionadas por cuestiones de orden de estados-nacionales sería eliminada en el trabajo del Grupo de Investigación sobre la Globalización y las ciudades mundiales (Taylor, Walker y Beaverstock, 2002), donde los autores reúnen a las ciudades globales en solamente cuatro grandes grupos: Alfa, Beta, Gamma y el que denominan "Evidencia de formación de la ciudad global". Algunos investigadores vienen adoptando recientemente parámetros que no sólo permitan decir si una ciudad es global, sino también cuál es su importancia en el funcionamiento de la economía global. Una vez más, se utiliza información indirecta, como la infraestructura de telecomunicaciones o del flujo de pasajeros y carga en los aeropuertos. Las telecomunicaciones son la base para las relaciones inter-empresariales e inter-ciudades en escala global, y por eso mismo son una excelente medida para determinar el grado de globalización de las ciudades (Salomon, 1996; Graham, 2002). La Corporación de Londres, agencia establecida para promover la economía de la capital inglesa, apunta que la liberalización del mercado para la instalación de la infraestructura y la venta de servicios es un factor importante para mantener la ciudad entre los principales centros de la economía global (Londres, 2005). Entre los parámetros que establecen la jerarquía de las ciudades con una mejor oferta de telecomunicaciones para su inserción en la economía global se consideran la oferta de servicios, las posibilidades de opción entre las diversas técnicas de redes y la oferta de tarifas competitivas. En esta jerarquía de ciudades globales, es posible ver algunos cambios significativos -Nueva York encabeza la lista, seguida por otras 5 ciudades de los Estados Unidos, solamente después aparece Londres en la séptima posición. Estos levantamientos de datos son recientes, y todavía siguen el ritmo de las liberalizaciones de los mercados -o sea, muchos cambios serán percibidos en los próximos años. Figura 2: Global Communications Cable and Satellite Map (TeleGeography, Inc.) El otro parámetro del movimiento global, que solo recientemente está recibiendo tratamientos estadísticos sólidos para atarlos a la economía global es el transporte aéreo internacional. Un primer abordaje en el uso de estos datos considera el número de pasajeros en cada aeropuerto, deduciendo de eso la importancia de la ciudad para la dinámica de los flujos globales. Es lo que han hecho David Smith y Michael Timberlake (2001) en una serie histórica de 1977 a 1997, con 100 de los aeropuertos más importantes del mundo. Este tipo de análisis fue desarrollado recientemente, considerando no sólo la cantidad de pasajeros en cada aeropuerto, sino también su grado de centralidad en la red mundial de vuelos. Con esto, se demuestra la importancia de un aeropuerto x, ya que el flujo del punto 1 para cualquier punto n tiene que pasar por él (x), siendo que lo que determina su centralidad en la red es que el paso esté hecho con poco número de escalas. Guimerà y otros (2005) han analizado más de 500 mil vuelos entre casi 4 mil ciudades, y han percibido que existen ciudades que son más centrales para la red de vuelos internacionales a pesar que sean menos conectadas (con menos vuelos) que otras. Figura 3: Aeropuertos Hubs por tráfago de conexión -no son aeropuertos importantes como origen o destinación, pero sí como conectores. Derudder, Devriendt and Witlox, "Flying where you don't want to go", 2005. Así, aunque diversas ciudades en Europa Occidental sean más conectadas (al tener un gran número de vuelos para otras ciudades) que ciudades como Sao Paulo o Anchorage, éstas tienen mayor importancia en la distribución de flujos, ya que se tornan nodos para América Latina y Alaska, respectivamente. Las inflexiones jerárquicasNuestro objetivo en este artículo no es, por supuesto, considerar otra forma de analizar a las ciudades globales, sino identificar a las agrupaciones de ciudades consideradas globales según diversos parámetros que sean más o menos consolidados -o que tengan variaciones temporales que indiquen inflexiones urbanas de carácter jerárquico. Sin embargo para no tomar solamente una jerarquía, proponemos una consolidación de los parámetros utilizados por 10 jerarquías distintas de ciudades globales, a saber:
Con estos criterios, consolidamos una lista de 180 ciudades, consideradas con cierto grado de importancia en la dinámica global por algunos parámetros exhibidos (a pesar de que algunas ciudades hayan surgido con un único elemento de destaque, como Wellington en Nueva Zelanda, ciudad clasificada en la categoría 11ª de la jerarquía del GaWC; o Tijuana en México, y Turín en Italia, ambas también referentes a la categoría 11ª de la jerarquía de ciudades globales del GaWC e, igualmente, los aeropuertos considerados nodos de 11ª importancia en la escala global). El cuadro 1 muestra una jerarquía consolidada de las principales ciudades globales. Para medir la consolidación de cada ciudad según criterios diversos, consideramos su posición en 10 diferentes jerarquías de ciudades globales presentadas arriba. Consideramos entonces que, cuanto menor es la variación de posición de la ciudad en cada jerarquía, mayor es su consolidación como ciudad global: resulta de la suma de los 10 puntos posibles (para el uso de 10 jerarquías), menos la línea del desvío estándar que cada ciudad presenta entre las jerarquías. Las ciudades listadas son aquellas con más de 3 puntos (entre 10 posibles) en la jerarquía consolidada de las ciudades globales. Cuadro 1: Jerarquías de las Ciudades Globales. Fuente: elaboración propia, sobre autores con datos citados. En esta jerarquía consolidada tendríamos sólo a las ciudades de Londres (9,5), Nueva York (9,5) y Tokio (7,9) con 7 puntos o más. La tríada de las ciudades globales es seguida solamente por Francfort, Los Ángeles, Chicago, París y Amsterdam con más de 5 puntos. Y en Sudamérica, solamente São Paulo está sobre la línea de corte de 3 puntos. Este índice demostró que, de hecho, la distribución de las ciudades del grupo ubicado lo más arriba posible en la jerarquía es más regular que la distribución de las ubicadas más abajo, en donde a veces cuenta la prominencia en sólo uno u otro aspecto. Para la discusión propuesta en este artículo, sobre las alteraciones jerárquicas de las ciudades en nivel global -o sea, inflexiones de comando y de dependencia, es importante destacar lo siguiente:
Tales hechos indican que una ciudad tiene fuerzas propias para buscar instalarse en la escena global dentro de un grupo más selecto, pero jamás entre las ciudades de un grupo superior. Es el sistema económico apropiado el que posiciona o mantiene a las ciudades en estos grupos superiores, y como vimos en el caso de Tokio, siendo esto a veces independientemente de las condiciones nacionales. Para investigar la hipótesis de las inflexiones al interior y entre los grupos de ciudades globales buscamos verificar si han tenido variaciones dentro de los grupos jerárquicos a través del tiempo. Primero, por una disponibilidad de serie histórica, utilizamos la clasificación de David Smith y de Michael Timberlake (2001), basada en el flujo aéreo de pasajeros entre las grandes ciudades en el período entre 1977 y 1997. Smith y Timberlake habían organizado los datos de la Organización Internacional Civil de la Aviación con los vuelos entre 100 ciudades en el período de 1977 y 1997. Londres es el principal nodo, ya sea debido al número de despegues y aterrizajes, o por la diversidad de los destinos a las cuales está ligada. Aunque existan algunas deficiencias en el logro de los datos, como la ausencia de Shangai, el movimiento jerárquico de las ciudades durante estos 20 años apunta hacia variaciones significativas en la geografía de las ciudades globales, no obstante siempre en los grupos inferiores de la jerarquía -lo que confirma la hipótesis de este artículo. Una vez más, en el grupo de las 5 ciudades principales existen oscilaciones ligeras que no las quitan del grupo superior, como vemos en Cuadro 2. Cuadro 2: Flujo Aéreo de Pasajeros, 1977-1997. Fuente: Smith and Timberlake, 2001. En el grupo de las ciudades donde están los 6º y 10º principales aeropuertos existe una oscilación ligera, pero significativa, cuando Tokio empieza a dividir su centralidad en Asia con Singapur y Hong Kong. Los cambios más grandes entre las 20 ciudades principales se notan exactamente dentro del último grupo, con cambios significativos percibidos con Copenhague y Atenas perdiendo importancia, y con la ascendencia de posiciones de Los Ángeles y, principalmente, de Miami. En los grupos con menos movimientos totales de pasajeros, algunas alteraciones son expresivas y algunas están ligadas a importantes asuntos de orden geopolítico internacional. Es el caso de la Ciudad de Kuwait, presente entre los 20 principales aeropuertos en los documentos de 1977 y 1982 (época de crisis y pos-crisis del petróleo) y su ausencia desde entonces. O las ciudades de América Latina, como Río de Janeiro y Buenos Aires, presentes entre los principales aeropuertos hasta 1982, y, desde ese punto en adelante, careciendo de importancia. Es posible relacionar con esto el aumento de la importancia de Miami exactamente en el mismo período, con lo que se puede reiterar la teoría defendida por algunos autores de que ésta sería actualmente la ciudad global de América Latina. Aún en el grupo con menor importancia en movimiento de vuelos, vemos la emergencia de Dubai, en ascenso desde principios de los años 90, y la caída de aeropuertos del Este Europeo en el mismo período. Como analizan Smith y Timberlake, los flujos entre sus aeropuertos hicieron que Budapest y Praga formaran un hub para determinadas pregiones; y Varsovia y Moscú, otro. En el período de abertura de Polonia y de la disolución posterior de la Unión Soviética, Varsovia se distancia de Moscú y se acerca a Budapest y a Praga. Algunos años más adelante, la ausencia de Budapest entre los principales aeropuertos es definitiva, así como también lo es el aislamiento de Moscú en lo referente a otras ciudades de su anterior zona de influencia. Si este movimiento regional indica alteraciones geopolíticas globales, en Asia, Seúl y Beijing tienen un movimiento ascendentemente acentuado -y a la par estarían ciertamente otras ciudades de Asia, para las cuales no hay datos disponibles-, lo que puede demostrar la importancia económica global reciente de esta región. Estos análisis han tenido el objetivo de demostrar que el sistema económico global de ciudades tiene, en los últimos 30 años, una fuerte estabilidad en términos de relación entre el comando y la sumisión urbana. Tal hecho indica que las inflexiones urbanas pueden llevar a una ciudad a una posición de prominencia en la escena global y a tener estabilidad en esa posición, pero esos son hechos logrados por pocas ciudades. Para las ciudades consolidadas en la parte superior de las jerarquías globales, es el propio sistema (capitalista) lo que asegura su mantenimiento. En el otro extremo, en las escalas menos importantes de la jerarquía global, las variaciones están más presentes. En estos casos, los esfuerzos atentos de algunas ciudades permiten una inflexión urbana que las reposiciona, aunque con mucha volatilidad. Muestras de oportunidad de la globalizaciónComo discutimos anteriormente, a pesar de las variaciones a través del tiempo de las ciudades con importancia nodal en la escena económica global, estas variaciones ocurren más en la periferia y relacionadas a decisiones de carácter local (en nivel de región o de país). En esta parte del artículo intentaremos discutir los cambios en la parte superior de la jerarquía de ciudades en el mundo. Los cambios en esta parte, cuando existen, ocurren en la misma escena global que crea las oportunidades que colocan a ciudades de poca significación en la red internacional en una posición de prominencia global (no obstante, por períodos de tiempo limitados). Tales ocasiones ocurren por razones diversas, mezclando esfuerzos internos a las ciudades pero, sobre todo, a partir de intereses globales. A nivel teórico, lo que nos interesa saber es si la inserción fugaz de una ciudad como muestra de oportunidad global constituiría una inflexión urbana verdadera, capaz de dividir su historia incorporando el antes y el después de tal inserción. La muestra de oportunidad que aquí se discute es aquella ocurrida en función de acontecimientos de interés global, como los deportivos, por ejemplo. La hipótesis que se plantea es que, en estos casos, la mayoría de las veces, después del período de evidencia, la ciudad retorna a su posición original en la red urbana de la jerarquía internacional. No obstante este carácter efímero, algunas de esas muestras de oportunidad son utilizadas por las ciudades para estimular transformaciones urbanas que las caracterizarán para las décadas futuras. El concepto de muestra de oportunidad aún no está establecido, y sería difícil reconocer con claridad cuáles serían las más importantes o cómo se materializan estas oportunidades. Lo que especulamos aquí es que, en caso de que estas transformaciones sean sostenibles, es decir, en caso de que persistan los impactos generados durante el período de oportunidad a nivel de la historia local, la inflexión urbana ocurriría. Para analizar estas muestras de oportunidad de ciudades en la escena internacional, elegimos como parámetro el número de citaciones que consiguió cada una de ellas en la revista semanal norteamericana Time, durante un período histórico seleccionado. La revista Time fue elegida por ser la revista con mayor circulación del mundo (más de 4 millones de ejemplares vendidos semanalmente), publicada desde 1923 y con ediciones especiales para Europa, América Latina y Asia. Analizamos adicionalmente las muestras de oportunidad debido a acontecimientos culturales y deportivos de ciudades en la escena global, con escala e impacto internacional, que tienen regularidad, que son manejados por agencias internacionales, y para los cuales las ciudades (y no los países) son candidatas -como las Exposiciones Universales y los Juegos Olímpicos. Ciudades en las Carátulas de TimeLa revista Time tiene regularidad semanal desde 1923 y la circulación más expresiva a nivel mundial. Para nuestro tema, determinamos el periodo histórico entre 1951 y 2005. Buscamos el número de veces que cada ciudad había sido abordada en los artículos de la revista por quinquenio, desde el primer período (1951 el 1955), hasta el último (2001 el 2005). La investigación en la revista Time tuvo dos objetivos:
Entre 1951 y 2005, hubo 584 temas de carátula de la revista. En cuanto a los temas generales, es posible notar la emergencia de algunos temas en las últimas décadas, como es el caso de la medicina y salud, y de la ciencia y tecnología, que presentan un crecimiento vertiginoso desde principios de los años 90 como tema de artículos en la Time. Las Olimpíadas como muestra de oportunidad se reflejan en la carátula de Time como el único gran acontecimiento con presencia frecuente. Más allá de los juegos como tales, este acontecimiento introduce en escena otros temas (no obstante, siempre atados al nombre de la ciudad que los recibe). Esto fue observado particularmente entre 1976 y 1985, en los preparativos para los juegos de Moscú (el año 1980) y de Los Ángeles (1984), que fueron razón de conflictos geopolíticos, donde cada uno de los juegos fue boicoteado por enemigos políticos. Otros temas provocan inserciones singulares en momentos precisos. Este es el caso de los temas ambientales, con un crecimiento que va hasta 1985, y con un pico en los años preparativos y en el año de la realización de la conferencia Eco-92 en Río de Janeiro. En seguida, sin embargo, el tema vuelve a tener la misma evidencia que tenía hasta 1970 -y con una ausencia cada vez mayor de la ciudad brasileña cuando se vuelve sobre el tema. Un ejemplo de evidencia fugaz. Gráfico 1: temas ambientales en las carátulas de Time. Fuente: Time. Si la ciudad de Río de Janeiro experimentó una oportunidad solamente en el año de la realización de la Conferencia Eco-92, otras ciudades parecen haber utilizado mejor la ventaja de la oportunidad del tema del medio ambiente, y empezaron iniciativas que les garantizaron una presencia -aunque no tengan garantizado la entrada al grupo de ciudades globales, lo que no nos parece haber sido su intención. Sin embargo, en estos casos, las inflexiones urbanas parecen haber sido puestas en ejecución después de haber producido importantes cambios locales. Algunos casos son Curitiba en Brasil, Kitakyushu en Japón, Seattle en los Estados Unidos, y Córdoba en Argentina. No discutimos aquí el éxito verdadero de los programas ambientales específicos de cada una de esas ciudades; lo que afirmamos es que la adopción de prácticas ambientales en innumerables ciudades a partir de los años 90 les garantizó una posición de prominencia en la escena internacional, superior a la posición de otras ciudades que recibieron otros acontecimientos globales. Evidentemente, para las ciudades que se lanzaron más temprano en este esfuerzo de prácticas ambientales, las muestras de oportunidad han sido mayores. El caso de Curitiba, que tuvo inicio a fines de los años 80, es emblemático, sobre todo por el hecho de estar en un país considerado periférico en el sistema económico global. Durante el período analizado, diez ciudades han sido tema de carátula de la revista. De éstas, sólo Jerusalén no es norteamericana. Nueva York es aquella que presenta la mayor incidencia, con 40 carátulas. La segunda incidencia más grande le cabe a Washington, con 7 carátulas, en su mayoría relacionadas a temas sobre la política norteamericana y/o la diplomacia de este país. Un hecho que llama la atención es que Nueva York, hasta 1960, aparece sólo como referencia de equipos locales de béisbol o de políticos, confirmando quizás la pequeña importancia de las ciudades como agentes socioeconómicos de interés nacional o mundial. En la edición del 18 de enero de 1960, finalmente, la ciudad es propiamente el tema de la carátula, cuya materia discute el problema del aumento del tráfico y congestionamientos recurrentes del "gran éxodo de la posguerra a los suburbios" en las grandes ciudades americanas. Figura 4: Time, 11/1/1960. Nueva York vuelve a ser carátula en junio de 1964, cuando se realizó la Exposición Internacional que celebró 25 años de avances científicos: " Emerging from subway, train or even hydrofoil, the visitor to the New York World's Fair feels that he is in a special world, full of runaway pylons, impossible cantilevers, and buildings that look like flowers or accidents of flowing lava ". En seguida, dos temas específicos sobre la ciudad vuelven a algunas carátulas: la crisis intra-urbana, con la bancarrota de la infraestructura (3 carátulas de apagones en la ciudad) y la falta de seguridad urbana (3 carátulas sobre inseguridad y su recuperación), y la posición global de la ciudad frente al tema que inició el siglo XXI, el terrorismo, que tiene como objetivo los símbolos internacionales, como los ataques al World Trade Center en 1993 y 2001. Desde este punto de vista, los temas intra-urbanos pierden valor para la ciudad global por excelencia, la ciudad-símbolo. En la carátula del 1 de enero de 2000, la revista eligió al Times Square para abrir el siglo 21, en una imagen donde la ciudad se compone de luces de las imágenes de la publicidad y la explosión de fuegos artificiales, exactamente en la región que 20 años antes era el símbolo de la bancarrota urbana de Nueva York; en la carátula de septiembre de 2001, aparecen las torres gemelas en explosión luego del ataque terrorista. Figura 5a y 5b: Time, 1/1/2000 y 14/9/2000.
|
||